¿Sabemos realmente lo que queremos?

Noche, calor, te miro… duermes, una necesidad crece dentro de mí, enciendo el ordenador, miro Facebook y veo información de las personas que conozco, siento que quiero algo más, investigo contactos de mis amigos nuevos, de repente te veo, miro tus fotos en la playa, con amigos, mi imaginación se desata y aumenta mi deseo, dudo, pienso, pero al final…

Te escribo “hola, ¿cómo estás?” espero tu respuesta, me llega y…

¿Qué es lo que estamos buscando? ¿Estamos realmente preparados para lo que este inicio de conversación nos puede deparar?

Las redes sociales nos ponen en contacto con muchas personas que no conocemos, creemos que por ser amigos de un amigo nos da una confianza y seguridad de que no puede ocurrir nada malo. ¿Sabemos que esto implica exponernos a un riesgo que conlleva unas consecuencias? ¿las valoramos antes de iniciarnos en ello?

En muchas ocasiones esto permite el facilitar una relación personal pero cuidado con exponer fotografías, abrirnos a contar nuestras intimidades, datos familiares, etc. Estamos sin quererlo haciéndonos vulnerables hacia estas personas que a lo mejor no buscan lo mismo que nosotros.

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Personalidad inmadura