Los deberes
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo en sus deberes?
Los padres nos suelen hacer esta pregunta ya que se sienten normalmente muy confusos al recibir una gran variedad de información contradictoria, como por ejemplo: hay colegios que marcan un tiempo determinado, otros no le dan importancia ¡ya trabajan lo suficiente en clase!, otros dicen que tienen que hacer los deberes solos, sin embargo responsabilizan a los padres cuando no los hacen o los hacen mal, etc.
Trataremos de dar algunas pautas, pero siempre teniendo en cuenta la edad del niño.
En infantil, aunque no tienen deberes como tal, si sería bueno que empezaran a pintar, que los adultos les leyeran cuentos y luego le hicieran preguntas para ir fomentando la lectura compresiva y la curiosidad. En tercero de infantil que ya van conociendo las letras, que las escriban, las pinten, empiecen a leer pequeños textos y podemos ir preparando su zona de estudios, para el siguiente año que entran a primaria y hay un cambio para ellos bastante importante.
En primaria es importante ayudarles en la planificación y organización de horarios, revisaremos los deberes y el cómo los ha hecho, pero no los haremos por él, valoraremos su esfuerzo diario más que sus calificaciones, un niño que trabaja día a dia, tendrá buenos resultados. Deberemos cuidar el entorno en el que estudia y vigilaremos su alimentación, sueño, actividad física etc.…
Les podemos marcar un tiempo, que el niño sea consciente que si los acaba a su hora tendrá beneficios, podrá jugar, hacer cosas que le apetezca, deberemos inculcarle una visión positiva de la vida, con los castigos obtenemos menos resultados que con los refuerzos positivos
En la ESO, en esta época puede existir un bache en los estudios, que puede durar semanas, meses, un curso…va a depender de cómo trabajemos con el adolescente. La entrada en la adolescencia supone un cambio de actitud hacia los estudios, hay una relación directa entre el rendimiento escolar y esta etapa del desarrollo.
El adolescente suele ser impaciente, cómodo, de moral frágil (se desmoraliza ante las dificultades) y anárquico (se resiste a los planes y horarios). Por tanto habrá que actuar con cariño, autoridad, exigencia, comprensión y seguridad. Ningún adolescente baja el rendimiento escolar por capricho, hay que observarles, hablar con ellos para saber que les esta pasando.
En General:
– Nada de comparaciones, ni con hermanos, ni amigos.
– No les criticaremos, si no que les ayudaremos a corregir sus errores.
– No les cargaremos con las tensiones familiares, haciéndoles culpables de los problemas familiares.
– No proyectaremos en ellos “lo que yo no pude ser…”, nuestros miedos, frustraciones…
Por supuesto tener contacto con el centro, y un seguimiento con el tutor. Si se trabaja coordinadamente familia – centro escolar favorecerá el progreso del alumno.
Mª Dolores Remón Ruiz
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